Muerte y té a las cinco: las mejores novelas negras británicas

Cuando pensamos en novela negra, nuestra mente viaja casi inmediatamente a EE UU. La influencia de la literatura, pero sobre todo del cine, nos hace pensar en detectives clásicos del hard boiled. Sin embargo, no hay nada tan británico como una buena novela de crímenes. El arquetipo de detective se lo debemos en buena parte a Inglaterra, y de allí han salido un buen número de obras que nos enfrentan al crimen y al misterio. Hacemos un poco de historia y seleccionamos las mejores novelas negras británicas.
Clásicos de la novela negra británica
Si hay una autora a la que le debemos gran parte del canon criminal, es sin duda Agatha Christie. A lo largo de su extensísima obra, ella fijó gran parte de los mecanismos de la novela negra que hoy perduran. Nos quedamos con El asesinato de Roger Ackroyd, una de las mejores (y más negras) entregas de Hercules Poirot. De igual forma, el thriller de espías tiene en autores británicos a sus grandes tótems. En El tercer hombre, Graham Greene nos enfrenta a una intriga en la Viena posterior a la II Guerra Mundial. Y si hablamos de espías es obligado mencionar a John Le Carré. El topo es una de sus más redondas obras, con el telón de fondo de la guerra fría.
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El asesinato de Roger Ackroyd rompió todas las reglas de la novela policíaca y convirtió a Agatha Christie en un nombre reconocible.
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Ambientada en una Viena dividida en cuatro sectores bajo el control militar de Estados Unidos, Gran Bretaña, la Unión Soviética y Francia, EL TERCER HOMBRE (1950) describe la desencantada realidad que siguió al fin de la Segunda Guerra Mundial, dominada por el miedo, la corrupción y la precariedad...
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George Smiley, que es un hombre con problemas y con compasión infinita, es también un decidido e implacable adversario como espía.
Novelas negras contemporáneas imprescindibles
La novela criminal ha seguido prosperando en las islas británicas, adoptando formas muy diferentes. Está el caso de Benjamin Black, el alias de John Banville para asuntos criminales, que tiene en Los lobos de Praga un cruce de novela negra e histórica que es de lo mejor de su producción. También encontramos el clasicismo de P. D James, autora que tiene en Adam Dalgliesh a su personaje fetiche, con obras como Muerte en el semniario. O a Ian Rankin, que ha cultivado el género nergo con asiduidad, y cuyo Nudos y cruces es el comienzo de su célebre serie de John Rebus.
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«La voluble musa de la historia casi ha borrado el nombre de Christian Stern de sus páginas eternas, aunque a menudo he tenido razones para pensar que habría sido mucho mejor para mí no haber aparecido nunca en ellas.»
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Muerte en el seminario es uno de los grandes best sellers de P. D. James, protagonizado por Adam Dalgliesh, su emblemático detective.