Mujeres en conflicto(s) (S Moda mayo 2017)

Cuenta la premio Nobel Herta Müller en la entrevista que publicamos en nuestro número de mayo que la literatura le abrió los ojos al mundo. Por eso, esta autora nacida en 1953 en Rumanía en una familia de habla alemana ha querido utilizar un libro para explicar cómo fue su vida bajo la dictadura de Ceaucescu. Lo ha hecho en Mi patria era una semilla de manzana (Siruela), unas memorias sin tapujos: “No me resulta nada agradable hablar de mi vida. Viví cosas horrorosas”. También ambientado en los países bajo el Telón de Acero, Domingo sombrío (Acantilado) –de la joven escritora francesa Alice Zeniter– es un relato sobre el día a día de la familia Mándy en un Budapest que pasa de temer a Stalin a abrirse a Occidente (y el consumismo) tras la caída del Muro. Los contrastes son una constante en estas obras que plasman distintos conflictos, de históricos a personales. Eso se ve en Volver a casa (Salamandra), la primera novela de la estadounidense de origen ghanés Yaa Gyasi, de 28 años: narra cómo dos hermanas hijas de la misma madre y de padres de etnias distintas, Effia y Esi, tienen vidas completamente diferentes a finales del siglo XVIII. La primera se casa con un gobernador inglés en África, mientras la segunda acaba como esclava en el sur de EE UU. Sobre migraciones también habla la madrileña Cristina Cerrada en Europa (Seix Barral), una novela protagonizada por Heda, una refugiada que llega a Europa occidental huyendo de la guerra en su país. Y en La vegetariana (:Rata_), ganador del Premio Man Booker del año pasado, la surcoreana Han Kang habla de un conflicto interno que desencadena la lucha con el exterior: la decisión de Yeonghye, su protagonista, de dejar de comer carne, en realidad su perturbadora rebelión contra una vida impuesta.