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Nadie podría odiar estos libros. Las recomendaciones de Kiko Amat

Nadie podría odiar estos libros. Las recomendaciones de Kiko Amat
Nadie podría odiar estos libros. Las recomendaciones de Kiko Amat
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Desde que tiene uso de razón, Kiko Amat ha sentido en las tripas la punzada del odio. “Yo tengo esa visión polarizada del mundo, de mi vida y de lo que hago desde mi más tierna infancia. Por lo tanto, he tenido muchísimo tiempo para analizar todo, la parte positiva, y la parte de septicemia esteril que te corroe el alma y lo único que te hace es desgastar los molares”, explica. De ese sentimiento que le ha acompañado toda la vida y de su novela anterior, Revancha, surge Los enemigos, un pequeño tratado dentro de la colección Nuevos Cuadernos de Anagram cuyo certero subtítulo explica su propósito: O cómo sobrevivir al odio y aprovechar la enemistad.

LOS ENEMIGOS

LOS ENEMIGOS

Javier Tomeo

Ediciones Alpha Decay, S.A.

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En Revancha, como en varios de los libros anteriores de Amat, el odio o la ira es uno de los motores de sus personajes. Sin embargo, sus novelas no dejan espacio para lo teórico. “Hay varias escuelas de pensamiento, por decirlo de manera ampulosa, a la hora de escribir novelas”, apunta. Hay escritores a los que lo primero que se le ocurre es un tema sobre el que quieren perorar y luego lo envuelven en personajes y trama. En mi caso no es para nada así; yo escribo sobre personajes, sobre lugares geográficos y sobre historias. Luego, cuando estoy a la mitad del libro, sí que me doy cuenta de que hay un tema. En el caso de Revancha es el odio y el rencor. En el momento de escribir el libro no teorizo sobre esa revancha, para mí lo importante es que haya una historia que atrape al lector y que te lleve en un viaje nada abstracto e intelectualizado”.

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"El odio, o la sensación de enemistad, no tiene un signo. No es positivo ni negativo. Es un motor, una energía"

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Esa teorización es la que ha acabado formando Los enemigos, un libro en el que, debajo de la ironía, hay un modus vivendi: el odio como motor creativo. “El odio, o la sensación de enemistad, no tiene un signo. No es positivo ni negativo, es según el uso que se le da”, asegura Amat. “El lugar común que me viene a la mente, porque desde niño soy un nerd de los cómics es el de los superpoderes. Es el concepto más manido de Marvel: los supervillanos tienen el mismo tipo de poderes que los superhéroes, se trata tan solo del uso que le den. En el caso de la ira es exactamente igual. La gente olvida que es la ira, y el uso de la fuerza, lo que ha logrado las mejoras sindicales de los últimos 300 años. No se lograron con cartas pidiéndolo de buenas maneras. El estado del bienestar está construido sobre la ira. Y lo mismo pasa con el arte, puedes usar ese odio para algo paralizante, o lo puedes poner a buen uso. La ira es un motor, una energía, como decía John Lydon”, cuenta citando al que fuera líder de los Sex Pistols.  

En Los enemigos, Amat reflexiona sobre distintos tipos de odio, los inútiles y los útiles, entre experiencias personales y referencias a la literatura y la cultura pop. “Detesto a los escritores que no saben decidirse por una cita y te ponen 25 al comienzo de un libro, pero en el caso de Los enemigos me salían muchísimas lecturas, novelas, discos en los que se hablaba del rencor y de la enemistad”, apunta. 

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"La gente olvida que es la ira lo que ha logrado las mejoras sindicales de los últimos 300 años. El estado del bienestar está construido sobre la ira"

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También nos hace replantearnos nuestra relación con un sentimiento que, culturalmente, nos han enseñado a rechazar. “El concepto parece únicamente negativo, la gente rehúsa aceptarlo. Se le tiene un respeto, un terror, al odio. Es chocante, pero en España hay mucha cursilería, es uno de los países más cursis que conozco. Por tanto, aceptar algo como la enemistad o la ira, por extraño que parezca en un lugar como este, le cuesta a la gente. Sale muy fácil el exabrupto, pero no mostrar abiertamente enemistad con alguien. Yo lo que he hecho es un servicio público”, bromea.

Nadie podría odiar estos libros. Las recomendaciones de Kiko Amat

  • El callejón de las almas perdidas

    El callejón de las almas perdidas

    William Lindsay Gresham

    Sajalín editores

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    Es un libro que me perdí cuando salió y que ahora recuperan con ocasión de la película. Una película que no pienso ver, porque el libro es alucinante. Para mí lo tiene todo: humillación, alcoholismo, timos circenses, presuntos asuntos paranormales, y este ambiente circense de los que los anglosajones llaman carny, un marco alucinante para una historia de descenso a los infiernos. Es el mejor libro que leeré este año. 

  • El capitalista simbólico

    El capitalista simbólico

    Valentín Roma

    Periférica

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    Soy muy fan de Valentín Roma, que ha escrito lo que él define como un tríptico sobre el desclasamiento, y esta es la tercera parte. Son libros memorísticos: la primera parte trataba sobre su padre, que tuvo un ataque de locura y se creía Lenin: el segundo era sobre su vida como futbolista profesional, y esta es la parte de desclasamiento capitalista cuando entró a trabajar para la Guía Michelín. Son libros muy poderosos a la vez que descacharrantes y escritos con una aparente sencillez. Además, nadie utiliza las comillas como él. 

  • La ciudad de la euforia

    La ciudad de la euforia

    Rodrigo Terrasa Gras

    LIBROS DEL KO, SLL

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    Es un relato de la mafia y la corrupción valenciana desde su apogeo máximo hasta nuestros días, y cumple las tres cosas que me gustan cuando leo no ficción: no solo te cuenta una historia flipante y bien documentada, sino que está bien escrito y, encima, hace reír. Me parece una carambola casi imposible conseguir que un libro así sea cómico y no se ponga ni fúnebre ni trágico, incluso cuando habla sobre algo nefasto. El exotismo y la bizarría del tema contribuyen, desde luego, pero en otras manos quizás alguien hubiera hecho un panfleto luctuoso. 

  • Baron's Court

    Baron's Court

    Terry Taylor

    Colectivo Bruxista

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    Siempre se acuerda de Principiantes, de Colin MacInnes, que era una historia como de posmodernistas del Soho de Londres de finales de los 50, esta es la versión mucho más underground. Aquella historia de MacInnes era una especie de fábula de lo que era el Soho entonces, Terry Taylor estaba allí, estaba integrando la horda de adolescentes que pululaban por el Soho en aquella época, aquellos beatniks tardíos que luego serían modernistas. MacInnes se inspiró en él para el personaje principal de Principiantes. No solo está bien escrito y explica muchas cosas, sino que además es un libro valiosísimo para atender una época de la cultura pop. 

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