Para leer en tres sets
Libros recomendados por Librotea

Con Garbiñe Muguruza y Rafa Nadal como números 1 del tenis mundial, la euforia tenística lleva camino de sobrepasar al fútbol. Un par de raquetas valen ya más que un balón de reglamento que juega menos en las canchas y cada vez más en los tribunales.La literatura sobre el tenis también se ha hecho un hueco y, además, de amplio aplauso por parte de la crítica. No son poco los escritores bien considerados que se han dejado llevar por el impulso de las pelotitas amarillas. Ahí está David Foster Wallace con El tenis como experiencia religiosa, “un ensayo que analiza la inmaterialidad de Federer y la rocosidad de Nadal”, según El País, rivalidad que también retrata el periodista deportivo Sebastián Fest en Sin Red.La biografía de André Agassi, Open, en la que explora en los agujeros más oscuros de su carrera, fue uno de los libros del año de hace tres temporadas. Porque es algo más que tenis. Como sucede con Rafa: mi historia, a cargo del periodista John Carlin.La ficción más pura ha tomado el tenis como base en novelas como Muerte súbita, de Álvaro Enrigue, que consiguió el Herralde, y que ponía a jugar a Maquiavelo contra Quevedo en una singular partida. Incluso la novela negra se cuela en la cancha con Golpe de efecto, de Harlan Coben, en la que narra la desaparición de la número uno del mundo.Y para quien quiera conocer de cerca la trayectoria de dos grandes estrellas de épocas pasadas: Arantxa ¡Vamos!, la biografía, no exenta de momentos turbios, de Arantxa Sánchez Vicario, y Pasión por el tenis, de uno de los pioneros, Andrés Gimeno.
Para leer en tres sets
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No tiene nada de original recomendar uno de los libros más promocionados de su año, pero para mí tiene un valor inaudito porque jamás he visto un partido de tenis ni sé siquiera cómo se juega. Sin embargo, la maestría de Moehringer –verdadero arquitecto del libro que, en un alarde de modestia, no quiso aparecer como autor– es tal que no despegué los ojos de sus páginas hasta acabarlo. Sentí la tensión de los partidos como jamás me la hubieran despertado en el mismo campo. Para mí, el mejor ejemplo de que un tema siempre me interesará si saben hacérmelo atractivo.
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