Sergio Peris-Mencheta: "¡Se puede llorar con El Quijote!"
Los títulos que le han acompañado en su viaje creativo.

Sergio Peris-Mencheta empezó haciendo televisión, pero ha sido en el cine y el teatro donde se ha labrado un puesto entre los grandes nombres de la interpretación de nuestro país. Una sólida carrera de fondo que ha ido más allá de su labor actor, como director de teatro Peris-Mencheta ha entregado algunas de las piezas más sólidas que se han visto en los escenarios españoles en los últimos años. Sergio Peris-Mencheta se destapa como un artista polifacético que bebe de muchas lecturas y hoy recopila para Librotea los libros que han marcado su vida. El primer título que cita el artista es ¡Dídola Pídola Pon!, de Maurice Sendak, un cuento que le leía su madre cuando era pequeño, uno de sus primeros recuerdos como lector (pasivo). En la adolescencia se adentró en la lectura de El Quijote, lo hizo como un ejercicio de clase, para el colegio, pero conserva un recuerdo imborrable de aquella experiencia: “El último capítulo lo leímos en el colegio y alguno lloró y todo. ¡Se puede llorar con El Quijote!”. Sergio Peris-Mencheta es muy aficionado a los libros de memorias, y en esta selección incluye la autobiografía Groucho Marx y Brando, de Robert Lindsey. Este último fue un regalo de cumpleaños que llegó en un momento determinante, cuando a los 19 años decidió ser actor. El actor descubrió gracias a un profesor de interpretación los matices que escondían las páginas de Poeta en Nueva York, de Federico García Lorca, y confiesa que “me sabía algunos de los poemas de memoria y pienso ahora en la Oda a Walt Whitman, un texto que viene muy bien para los tiempos actuales. Lorca en general viene muy bien para los tiempos actuales”. Otros libros que siempre tiene a mano el intérprete son La locura lo cura, de Guillermo Borja, Vivir en el alma, de Joan Garriga Bacardí o Las enseñanzas de Don Carlos, de Víctor Sánchez. Sergio Peris-Mencheta también recomienda la lectura de Invisibles, el libro que recoge el texto de la obra Un trozo invisible de este mundo, en la que trabajó con Juan Diego Botto. Y el último título de esta estantería es algo más que un libro: La guía gastrocómica, de María Díaz.
Sergio Peris-Mencheta: "¡Se puede llorar con El Quijote!"
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Soy de los que se ha leído El Quijote. Y me lo leí medio por obligación, en el colegio, en el Liceo Francés, pero es un recuerdo maravilloso. Una profesora francesa de Lengua y Literatura nos hizo leerlo jugando. Nos ponía pruebas. Lo leíamos en casa y luego resolvíamos esas pruebas en clase. El último capítulo lo leímos en el colegio y alguno lloró y todo. ¡Se puede llorar con El Quijote!
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Durante muchos años fue mi libro de cabecera, ahora ya menos, pero me lo llevaba a todas partes. Un maestro me descubrió al Lorca de Poeta en Nueva York, hasta ese momento había sido una asignatura en el colegio, y este hombre de la fundación Shakespeare abrió una puerta. Me sabía algunos de los poemas de memoria y pienso ahora en la oda a Walt Whitman, un texto que viene muy bien para los tiempos actuales. Lorca en general viene muy bien para los tiempos actuales.
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Es un libro mal llamado de auto ayuda. Es el libro que más he regalado porque más o menos te viene a decir que aproveches lo que hay, que la vida viene como viene y que más vale que sigas con tus planes a pesar de que la vida te proponga otras cosas. Es una buena forma de hacer las paces con nuestra realidad cotidiana y nuestra propia vida.
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Lo incluyo porque es un librazo a raíz de un espectáculo que hicimos, Un trozo invisible de este mundo, que marcó un antes y un después en mi carrera creativa. Cuando haces teatro y hablas de lo que pasa sin metáforas es una oportunidad maravillosa. Invisibles recoge todos los relatos de la obra y están prologados por el propio Juan Diego Botto. Es un libro apasionante para leer la realidad del inmigrante.
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Es un refrito, una manera de hacer más accesible Las enseñanzas de Don Juan, de Carlos Castaneda. Víctor es un alumno de Castaneda y en este libro hace más digerible su obra. Hay bastante teoría pero también bastante ejercicio práctico. Lo conocí en un momento en el que tuve un despertar espiritual, yo soy ateo, pero encontré una forma de poder trabajar, por ejemplo, con los sueños.
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Es un libro que me llevo no solo cuando voy de gira, me lo llevo siempre para ir de viaje por España porque es la forma de comer en los sitios donde hay que comer. Más allá de críticas en Trip Advisor y similar, déjate guiar por el hambre del actor (y por su bolsillo tiritante)
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Es el primer libro que leí o que me leyeron. Me lo leía mi madre y no es un cuento al uso. Lo he leído hace poco y es bastante inquietante, como casi todos los cuentos para niños. Es un poco en la línea de Donde viven los monstruos.
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Soy devoto, me lo descubrieron mis padres. Me enganché a las biografías (me gustan mucho) a través de los hermanos Marx, esta familia de emigrantes judíos en Brooklyn. Me he leído todo de los hermanos Marx.
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Soy devoto, me lo descubrieron mis padres. Me enganché a las biografías (me gustan mucho) a través de los hermanos Marx, esta familia de emigrantes judíos en Brooklyn. Me he leído todo de los hermanos Marx.
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Siempre dicen que los actores tienen que hacer terapia para poder hacer frente a su profesión. Yo a partir de un momento me lo encuentro por obligación, tengo una crisis y por obligación me meto a hacer Gestalt. En ese proceso descubro de repente a Guillermo Borja con este libro. Es un relato de un psicoterapeuta que por una trampa acaba en una cárcel mexicana, una vez allí él solicita estar en la parte de la prisión en la que están los locos. Y durante el periodo que cumplió de condena se dedicó a curar a los locos. Es bastante espectacular el viaje de Guillermo de Borja, que contrajo sida y murió al salir de la cárcel.
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