Sexo, locura y amor por correspondencia
Libros recomendados por Librotea

Mucho antes de que existieran Whatsapp, Telegram y demás aplicaciones de mensajería instantánea eran las cartas la forma más habitual de comunicarse. Misivas también como vía para enamorarse o para mantener la llama de la pasión encendida en la distancia. Aquí va una selección de libros que recogen intercambios epistolares trufados de amor, pero también de sexo y locura.La relación entre Francis Scott Fitzgerald y Zelda Sayre fue intensa, apasionada, destructiva, enfermiza. "Una vez fuimos una sola persona y siempre será un poco así", le escribe Scott Fitzgerald en una de las múltiples misivas recogidas en Cartas de amor y guerra. Cartas que Zelda recibía a menudo en hospitales psiquiátricos, y en un incendio desatado en uno de ellos murió en 1948. Otra relación de alto voltaje es la que mantuvieron Henry Miller y Anaïs Nin, él estaba casado con June Mansfield y ella fue amante de los dos. Las cartas de Miller a la Nïn hablan por sí solas: "¡Anaïs! Quiero que seas mía, usarte, follarte, enseñarte cosas. No, no siento aprecio por ti, ¡no lo permita Dios! Tal vez quiera hasta humillarte un poco, ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué no me arrodillo ante ti y te adoro? No puedo, te amo alegremente. ¿Te gusta eso?". Textos recogidos en el libro Anaïs Nin y Henry Miller. Una pasión literaria. No fueron las únicas cartas que escribió el autor estadounidense, las misivas que envió a Brenda Venus están recogidas en otro volumen: Querida Brenda. Las cartas de amor de Henry Miller a Brenda Venus.Monumento de amor. Epistolario y lira recopila el intercambio epistolar entre Juan Ramón Jiménez y la que sería su esposa, Zenobia Camprubí. Muchos descubrirán a un James Joyce desconocido (más picante) leyendo Cartas de amor a Nora Barnacle. También Nabokov escribió numerosas misivas a su esposa, recogidas en Cartas a Vera. Benito Pérez Galdós y Emilia Pardo Bazán gozaron de una pasión sin tabúes, se simultanearon con otros, pero siempre se respetaron. De ello da testimonio el libro "Miquiño mío". Cartas a Galdós. Una relación especial es la que unió a Carmen Laforet y Elena Fortún, que se demostraron su admiración y también su amor en un intercambio epistolar editado bajo el título De corazón y alma. Mucho sufrió Borges por Estela Canto. A ella le dedicó uno de sus cuentos más célebres, El Aleph. A ella le envió cartas tristes e hiperglucémicas: "Querido amor, te amo, te deseo toda la dicha; un vasto, complejo y entretejido futuro de felicidad yace ante nosotros. Escribo como algún horrible poeta prosiga. No me atrevo a releer esta lamentable tarjeta postal". Para leerla o releerla basta con hacerse con un ejemplar de Borges a contraluz.
Sexo, locura y amor por correspondencia