Una generación perdida. Homenaje a las víctimas del sida
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En algunos periódicos fueron denominados ‘la generación perdida’. Todos habían triunfado en las artes. Eran grandes escritores, filósofos, poetas, fotógrafos, bailarines. Lo mejor, lo más transgresor de los últimos años. Y todos murieron a finales de los ochenta y comienzos de los noventa. La causa: el virus del SIDA, que entonces ni siquiera tenía un tratamiento para prolongar la vida de las personas infectadas. Millones padecieron la enfermedad y millones fallecieron en aquellos fatídicos años en los que un mordisco del virus era prácticamente un zarpazo mortal. En este listado queremos recordar la obra y la trayectoria vital de aquellos que habían sido los mejores, los que cambiaron el rumbo de sus respectivas disciplinas artísticas. Porque el virus no miraba al genio. Era, simplemente, un asesino.El cubano Reinaldo Arenas no tuvo una vida fácil por el régimen político de su país, ni tampoco personal, por su homosexualidad en un país en el que estaba prohibida. Sin embargo, dejó una obra muy aplaudida por la crítica en la que destacan sus memorias, Antes que anochezca, en la que precisamente habla de estos dos aspectos que hicieron de su vida un infierno.El divulgador científico Isaac Asimov sigue siendo hoy uno de los más leídos para todos los interesados en la ciencia y el universo. De hecho, su trilogía de la Fundación continúa como bestseller en las librerías, pese a que él falleciera en 1992.Otros tres escritores muertos por la enfermedad fueron el viajero Bruce Chatwin, de quien se puede conocer su vida a través de las cartas recopiladas en el volumen Bajo el sol, y el francés Hervé Guibert, quien, además, fue uno de los primeros en reconocer públicamente que estaba infectado por el VIH y del cual habló en la autobiografía novelada, Al amigo que no me salvó la vida. Otro francés, filósofo, al que el SIDA le dio el zarpazo fue Michel Foucault, cuyas reflexiones acerca del poder, la sexualidad o la psicología siguen trastocando el mundo del pensamiento.En España, el poeta Jaime Gil de Biedma falleció por la enfermedad, pero nos dejó uno de los mejores legados poéticos en español, como se aprecia en sus Obras completas, que también incluyen sus textos en prosa.En el apartado artístico figuran músicos como el mega célebre Freddie Mercury, que emocionó a tantos, y no sólo en los estadios con Queen, sino también en los últimos meses de su vida con aquella inauguración de los JJOO de Barcelona (de hecho, la actuación estaba grabada por el fallecimiento del músico). Y cómo olvidar al artista plástico Keith Haring o al fotógrafo Robert Mapplethorpe, iconos de la contracultura de los setenta y felizmente asentados en la cultura ochentera. Y que, aún, además, perviven.Todos ellos fallecieron por el VIH. Que sirva como recuerdo.
Una generación perdida. Homenaje a las víctimas del sida