Vargas Llosa recomienda libros para despertar "el gusanillo de la lectura" a los jóvenes
El premio Nobel de literatura selecciona los títulos favoritos en su niñez.

La infancia, ese periodo decisivo para tantas cosas, no lo es menos en lo que a la literatura se refiere. Las primeras lecturas consiguen despertar un hábito que luego se convierte en adicción o necesidad, nos conforman como lectores e individuos. Incluso, en algunos casos, como escritores.Mario Vargas llosa recuerda algunos de estos títulos decisivos en su niñez y que, como él mismo confiesa, “han quedado vivos en mi memoria”. De esa etapa, perteneciente a “los años que pasé en Cochabamba, Bolivia”, el premio Nobel de Literatura destaca algunos clásicos de la literatura infantil y juvenil. En ese apartado, una de las primeras lecturas que recuerda es Las aventuras de Guillermo, el personaje creado por Richmal Crompton que marcó a varias generaciones con sus andanzas y travesuras.Otro de los autores que tenían un lugar destacado para el joven Mario era Julio Verne, con obras como La vuelta al mundo en ochenta días o Viaje al centro de la Tierra. Alejandro Dumas, del que confiesa haber sido lector empedernido de la saga de los tres mosqueteros, es otro clásico juvenil que tiene un hueco en su aprendizaje como lector. Otra saga, la de El árabe de Edith M. Hull, también le sedujo en sus años de formación.El jorobado, novela de capa y espada de Paul Feval, y 20 poemas de amor y una canción desesperada, de Pablo Neruda, completan una lista en la que descubrimos los inicios del que, con los años, se convertiría en uno de los grandes nombres de la literatura universal. ¿Y tú, qué obras recuerdas de tu infancia?
Vargas Llosa recomienda libros para despertar "el gusanillo de la lectura" a los jóvenes
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Los tres mosqueteros & Veinte a¤os despus
ALEJANDRO DUMAS
Editora y Distribuidora Hispano Americana, S.A.
La obra inmortal de Alejandro Dumas. A veces se nos olvida que la imaginación es la mejor manera de revisitar el pasado. Como es sabido, Dumas se inspiró en las memorias de un tal D’Artagnan, seguramente mucho más aburrido que el personaje imperecedero que él creó.
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A Verne lo leo por la noche, antes de dormir, quizá porque ahora más que nunca necesito reencontrarme con el mundo que descubrí en mi primera juventud.
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Este poemario (escrito en 1924), que se ha convertido en uno de los más leídos de la historia, posiblemente por su erotismo y sensualidad, pero también porque al final incluye la parte melancólica de toda relación, la pérdida de la pasión, la añoranza por el amor perdido. Los poemas no están de moda, pero creo que deberíamos promover su lectura y en una biblioteca que se precie, no debe faltar este libro, ni tampoco Poeta en Nueva York – del que acaba de editarse una edición ilustrada o Romancero Gitano’ de García Lorca.
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