Anne Michaels

Lo que opina Anne Michaels
-
Austerlitz de Sebald, que es un libro extraordinario. Entras en él casi como en un sueño, pero no es un sueño. Es el mundo en el que vivimos. Es solo que tal vez los puntos de referencia aparecen con tanto detalle que parecen desconocidos. Y nos sitúa moralmente en ese libro. Es muy poderoso, muy poderoso.
-
Mencionaré los libros de Labatut, Un verdor terrible y Maniac, por su sentido inflexible del papel de la Ciencia y la tecnología ahora. Pienso que son estructuralmente muy interesantes. Creo que no se alejan de las implicaciones más profundas de cómo somos, viviendo ahora dentro de este mundo tecnológico.
-
Lo leí cuando tenía unos 14 años, y me quedé atónita por su fe en el idioma, porque todo el reino, el mundo, el mundo político, el mundo doméstico, todo está trastocado por una frase. Se podría decir que fue derribado por una palabra. Y al final, la redención, la restauración. De nuevo, una palabra. Y me pareció increíble cómo podía confrontar de manera tan asombrosa dos sistemas de acción, dos sistemas de creencias, dos escalas de cómo vemos el mundo con tanta precisión.
-
Creo que hay libros y escritores, en todo su trabajo, con los que tenemos una relación. Y, aunque no estés releyendo esos libros, los llevamos dentro de nosotros y nuestra relación con ellos también cambia. O simplemente nos adentramos cada vez más en esa relación. Tengo esa relación con ciertos poemas, con poesía, con los libros que he mencionado. Y con un escritor que conocí y fue muy querido, John Berger, que fue un gran amigo íntimo durante 35 años. Su trabajo es preciso, preciso, y en ello hay una compasión inexpugnable. Y esa compasión me da coraje. Él solía decirme, “sé tan valiente como ya eres”. Y yo le digo lo mismo, sé tan valiente como ya eres. Y por eso creo que los libros que leemos hacen eso por nosotros. Porque un libro habla, pero un libro también escucha.