Verónica E. Llaca

Lo que opina Verónica E. Llaca
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Lo leí siendo muy joven y pensé que yo quería escribir algo así, porque Demian, de Hermann Hesse, integra una escritura honesta, que te mueve mucho sobre todo en la juventud.
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Me acuerdo perfectamente bien de cuando leí el cuento de 'El corazón delator'. Hasta hoy puedo percibir esa sensación al imaginarme cómo se escuchaba el corazón y cómo se veía el ojo del viejo, todo lo que oía y pensaba. Deseaba poder hacer que la gente sintiera así, mover emociones y pensamientos como Poe.
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Cuando leí 'Ensayo sobre la ceguera' tuve esa revelación de que se puede hablar de lo que sea mientras sostengas la historia y no saques al lector de ese mundo que estás creando, que todo sea tan coherente que el lector permanezca ahí. Me pareció genial que Saramago lo lograra.
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Cuando escribí mi novela 'La herencia', necesitaba escuchar cómo le habla una madre a una hija, tener una visión más objetiva, porque yo tengo cuatro hijos y una visión muy subjetiva de la maternidad, así que leer a Vivian Gornick me ayudó mucho.
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Almudena Grandes ha influido en mi escritura desde que publico libros. Leerla es como tener una master class sobre cómo se escribe buena literatura. En esta novela tiene una voz masculina y nunca te preguntas si quien lo escribió es mujer. La autora es excelente para emular el sentir de otras personas, de contar la visión de un hombre en primera persona, y eso traté de hacer en mi propia novela.