Grandes del género negro despreciados por el público
Recomendaciones de Juan Carlos Galindo

El género negro en España goza de una salud tan impecable que muchos creen que está muriendo de éxito. En cualquier caso, apartamos la mirada del escaparate del triunfo para hacer caso un rato a autores sobresalientes, escritores que a pesar de construir personajes poderosos y atmósferas perfectas no consiguen el favor del público. De un par de cracks anglosajones a un extraño libro de un clásico en su otra faceta pasando por Francia o México, aquí van algunas recomendaciones.
Grandes del género negro despreciados por el público
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La puesta de largo del policía Fabio Montale puso patas arriba el género a mediados de los noventa en Francia, un país de lectores y compradores de libros donde las tres novelas de Izzo fueron y son un éxito. En España han pasado completamente desapercibidas.Cuántos escritores darían un brazo o deberían querer darlo por crear un personaje la mitad de bueno que el policía Montale, por tratar a una ciudad como es tratada Marsella en los libros de Izzo.
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Escritor madrileño afincado en Praga, Llorente ha ganado el Dashiell Hammett de novela por Madrid: frontera, pero es con este libro con el que debuta en el género y firma un de las obras más inquietantes del panorama español. Novela con un psicópata y algo de acción, retrato social bestial del Carabanchel donde creció azotado por las drogas y la desesperanza, Te quiero porque me das de comer es, por encima de todo, una gran apuesta de estilo. Una apuesta que Llorente juega como si le fuera la vida en ello y gana.
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Cuando The Guardian escribió el obituario de Davidson en 2009 se lamentó de que no fuera más conocido. Con la publicación en España de esta obra, se recupera a un autor menospreciado, habitual de las listas de escritores olvidados, alguien a quien algunos consideran el mejor escritor de espías que ha existido. Davidson demuestra su maestría para armar una novela de aventuras, un thriller con tintes políticos, una intensa historia de amor y una inmensa intriga de espías.
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Historia de pesadilla en la que un osado autor se la juega con bello ejercicio de estilo. Una novela sobre la verdadera masacre del siglo XXI, pero también sobre lo que las personas tenemos dentro, sobre el amor, los anhelos y la impotencia cuando ves que tus sueños se evaporan. El plan lo remata un sobrecogedor retrato del México de frontera, un homenaje al mejor Cormac McCarthy. Fue finalista de la Semana Negra y también un libro injustamente dejado de lado.
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Uno de los grandes maestros de la novela negra y figura indiscutible de la literatura del siglo XX, Simenon es famoso por su serie del detective Maigret y por su ingente capacidad de producción. De todo ese trabajo surge esta novela negra, sí, pero también de iniciación, con un personaje central poderoso y desesperado, con evocaciones a Celine y uno de los mejores retratos de la Francia ocupada por los nazis que se pueden leer.
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Un libro sobre la venganza, la incomprensión y lo irracional de la violencia. Un nuevo golpe del autor en el panorama negrocriminal desde las premisas que ya desarrolló en
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A saber: un policía absolutamente jodido por su trabajo, por la vida, por lo que sea; un niño que ya no lo es y que busca la manera de paliar el dolor causado por un mundo que ya comprende demasiado bien; padres disfuncionales y acabados y mucha intensidad. Unos libros basados en el convencimiento de que la novela negra es también el género literario del ahora, de la incomprensión social, del dolor.
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Sólo les diré que el gigante McAvoy, un policía santurrón metido a luchar contra lo peor del submundo criminal británico, es de los mejores personajes contemporáneos. Hace falta escribir muy bien para que un personaje así no caiga en el ridículo de la inverosimilitud.
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No es una autora minoritaria, pero lo que está ocurriendo en España con la mejor voz anglosajona del género es extraño. Qué se puede decir a estas alturas de la señora French. Pues que crea los personajes mejor perfilados de la novela negra anglosajona a día de hoy, que las tramas son impecables, que hay un punto de maldad en lo que escribe, que pocos han tratado las familias desestructuradas, y cuál no lo es, como ella. En este caso, la detective Conway tiene que investigar la muerte de una mujer en su casa, pero tiene a todo el departamento de Homicidios en contra. O al menos eso es lo que cree. ¿La discriminan por ser mujer y no temer a nadie? ¿Son simples paranoias?
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