Hijos de Faulkner
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A los 120 años de su nacimiento, William Faulkner podría estar orgulloso de sus vástagos. Sus mundos simbólicos, ese ambiente sureño en el que bascula lo misterioso y lo malvado del ser humano ha tenido un largo recorrido desde que se publicaran El ruido y la furia o Absalón, Absalón! Una continuación que, en varios casos (y en otros todavía falta tiempo) ha alcanzado también picos literarios.Por ejemplo, entre los hijos de Faulkner podemos considerar al maestro del terror, Stephen King. Aunque se sumerge más en el thriller, el lado del mal cruje como ocurría en el escritor sureño.Del propio sur sí que llega Cormac Mccarthy con esos personajes hobbesianos que se cobrarán justicia (o mejor dicho, venganza).A la que sí podría considerarse su hija casi real –por la edad- es a otra sureña como Carson McCullers y novelas como El corazón es un cazador solitario.Más contemporáneas son las voces de Nic Pizzalato, creador de una serie tan faulkneriana como True detective y autor de la novela Galveston; David Vann y obras como Goat Mountain o Cocodrilo, en los cuales serpentea siempre la maldad y el dolor, ya sea en un puerto de México controlado por los narcos o en una montaña habitada por osos; Chuck Palahniuk, porque si vienes de McCarthy sólo puedes desembocar en él; Philip Meyer y su westerniana El hijo (convertida recientemente en serie); o los cuentos de Amy Hempel.
Hijos de Faulkner
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Angustioso retrato post nuclear.
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La autora nos traslada a un paisaje con dos frases que parecen dos versos, con toda la fuerza concentrada de la poesía; nos cuenta el sur en el que creció a través de unos personajes complejos y contradictorios, a los que comprende y jamás juzga. Toda la colección que ha actualizado Seix merece la pena.
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Es una novela que es solo diálogos. Al principio me costaba un poco leerlo, yo no sé si sería capaz porque ya te digo, tienes que saber escribir muy bien.
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La magia de lo cotidiano, la agudeza de la visión. La mejor prueba de que no hace falta vivir grandes cosas para escribir grandes cuentos.
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