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La pérdida de la inocencia en libros, por David Trueba

La pérdida de la inocencia en libros, por David Trueba
La pérdida de la inocencia en libros, por David Trueba
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Hay ciertas lecturas que, como explica David Trueba, son como montar en bici. “Cualquiera que lo haya hecho sabe el placer que produce subir una cuesta empinada”, explica el escritor y cineasta. Esa satisfacción que llega después de leer una obra especialmente complicada, continúa, es algo “a lo que se suele llamar esfuerzo, pero yo prefiero llamarle inteligencia”.

Esas lecturas que requieren de un mayor compromiso por parte del lector son muy habituales en la adolescencia, cuando se pasa de leer obras juveniles a la literatura considerada como adulta. A esa edad, Trueba confiesa que leía mucho, y no precisamente obras destinadas al público joven. “Nunca he sido una persona dócil, he sido más bien insumiso a las etiquetas, a las modas y a las imposiciones de fuera”, asegura. De ahí que la novela negra de Hammett fuese uno de sus favoritos de adolescencia, o que lo intentase con obras como Rojo y negro. Pese a no haber podido “pasar de la páginas 40”, ese esfuerzo (o esa inteligencia) se vería recompensada unos años después, con una lectura del clásico de Stendhal que califica como “impresionante”.

Al hilo de su última novela, El río baja sucio, David Trueba nos habló de las lecturas que le acompañaron en esos años de formación. Obras que, de alguna manera, suponen la pérdida de la inocencia, pero también la puerta de entrada a un mundo de fascinaciones intelectuales, Por eso, explica, es imprescindible que los adolescentes sigan leyendo. “La pérdida de ese espacio podría ser dramática y hay que luchar para que no sea así”, defiende.

La pérdida de la inocencia en libros, por David Trueba

  • Mi Ántonia

    Mi Ántonia

    Willa Cather

    Alba Editorial

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    Obsesionado por la gran novela americana, me caí del caballo del esnobismo impuesto por la jerarquía sobre la novela de ese país y caí rendido a la más bella fabricación novelesca.

  • El guardián entre el centeno

    El guardián entre el centeno

    J. D. Salinger

    Alianza Editorial

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    Del aprendizaje de la vida y la soledad.

  • El cuerpo

    El cuerpo

    Joan Portell

    La Galera, SAU

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    A esa edad, a los 14 ó 15 años, leía bastante y, sobre todo, leía libros que no aspiraban a ser juveniles. Nunca he sido una persona dócil, he sido más bien insumiso a las etiquetas, a las modas y a las imposiciones de fuera. Leía mucha novela negra, a Dashiell Hammett, a Raymond Chandler y William Irish, que eran mis escritores de cabecera. También leía mucho a Stephen King, por ejemplo The body, en el que se basó aquella película, Cuenta conmigo, que es una novela también muy interesante para los adolescentes, para leerla no como una novela juvenil sino como una novela para adultos.

  • Rojo y negro

    Rojo y negro

    Stendhal

    RBA Bolsillo

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    Junto con "La Metamorfosis" de Kafka, los dos libros que me descubrieron nuevos ángulos de la realidad

  • El ruido y la furia

    El ruido y la furia

    William Faulkner

    DEBOLSILLO

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    Cuento muchas veces que había intentado leer a Faulkner sin grandes éxitos, más bien con cierta pereza, hasta que en una ocasión acabé Mientras agonizo y, enchufado por el placer, leí El ruido y la furia, y fue acabarlo y volverlo a empezar, por el mero placer de subir una cuesta empinada y conseguirlo. Eso es algo que cualquiera que haya montado en bici sabe el placer que produce. Eso es algo que hecho de menos en la actitud intelectual de muchas personas.

  • Suave es la noche

    Suave es la noche

    Francis Scott Fitzgerald

    Alianza Editorial

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    Mi libro favorito de toda su obra. La historia de la vida de un hombre que se va por el desagüe.

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