Libros clásicos escritos por mujeres que hay que leer al menos una vez en la vida

La literatura escrita por mujeres, no hace falta recordarlo, ha estado históricamente desplazada, cuando no silenciada. Por eso, la época actual que vivimos es el momento en el que más se lee y más accesible es la obra de las autoras. También, el momento en el que muchos podemos recuperar el tiempo perdido y dedicar más atención a las escritoras. Por eso, hoy seleccionamos diez libros clásicos escritos por mujeres que hay que leer al menos una vez en la vida.
Libros clásicos que no envejecen
Antes del siglo XX, ser mujer y escritora era una tarea casi imposible, y muchas autoras debieron recurrir a pseudónimos masculinos para ver publicada su obra. Por eso, el caso de Jane Austen fue revolucionario. La autora de Orgullo y prejuicio no vió su nombre en una cubierta, pero sí se sabía que la autora era femenina. Otro clásico incontestable es Cumbres borrascosas, que Emily Brontë tuvo que firmar con el nombre de un hombre ficticio.

Novela de iniciación que con el tiempo vas descubriendo que es novela de culminación. El talento de verdad casi siempre es discreto y transparente.

La novela perfecta para leer en los años problemáticos de la adolescencia y hacerte sentir todavía peor. Un relato oscuro y lleno de odio que te deja muy decepcionado con la condición humana. Aún así, eternamente enamorada de Heathcliff.
Otro clásico del siglo XIX es Mujercitas, de Louisa May Alcott, adaptado mil y una veces al cine y que sigue ejerciendo la misma fascinación que el primer día. Y si buscamos una obra fundacional, en especial relacionada con el terror y el romanticismo, el Frankenstein de Mary Shelley es una obra canónica cuyo impacto en la cultura popular es incalculable.

Adoro esta historia acerca de cuatro hermanas y sus aventuras hasta convertirse en mujeres. Disfruté mucho escribiendo la versión moderna de esta obra, titulada Chicas de primavera, que se publicará en 2018.

El concepto moderno del HORROR no se comprendería sin esta novela, precursora y adelantada a su tiempo. La humanización del monstruo. La demonización de los adelantos de la ciencia. El peligro de creerse Dios.
Libros clásicos del siglo XX
El siglo XX trajo consigo unmayor número de mujeres visibilizadas en el mundo de la literatura, que ha ido creciendo hasta la actualidad. Sin embargo, su obra muchas veces no recibía la atención que merecía. El paso del tiempo nos ha ido mostrando que obras como Una habitación propia, de Virginia Woolf, o La campana de cristal, de Sylvia Plath, han tenido una influencia enorme en la literatura posterior.

Aunque se publicó en 1929, Una habitación propia es un texto de plena actualidad. En él, Virginia Woolf reflexiona sobre la dificultad de la mujeres para dedicarse y realizarse en aquello que les gusta, en este caso, la creación literaria. Refleja también las desventajas que enfrentaban las mujeres en todos los ámbitos sociales, algunas no muy diferentes de las de nuestro tiempo.A través de varios personajes femeninos y en forma de ensayo, la autora reivindica un espacio propio para la mujeres en un mundo predominantemente masculino, con reglas masculinas. En un momento en el que parece haber estallado la cuarta revolución femenina, que reivindica la diversidad e integración de todos los géneros al mismo nivel, en todos los ámbitos, que aspira a una sociedad donde las mujeres conquisten un espacio propio en el ámbito de la tecnología, la ciencia, la política y la alta dirección empresarial, entre otros, este texto aporta apuntes históricos y emocionales que ayudan a entender las demandas y la evolución del feminismo a lo largo del tiempo.

En España, autoras como Luisa Carnes y su Tea Rooms no han sido reivindicadas hasta hace demasiado poco. Caso distinto es el de Carmen Laforet, cuyo Nada es uno de los libros imprescindibles de nuestra literatura en el siglo XX.

Olvidada (como tantas creadoras y pensadoras, ay) durante decenios, Luisa Carnés acaba de ser recuperada gracias al investigador David Becerra Mayor y a la editorial Hoja de Lata. Luisa formó parte de la generación de la República, aunque por ser de clase muy humilde (empezó a trabajar a los 11 años, en un taller de sombreros) no llegó a frecuentar el Lyceum club femenino. Su breve novela, probablemente autobiográfica, Tea Rooms, subtitulada Mujeres obreras, apareció en 1934. Narra unos meses en la vida de una joven proletaria madrileña, con una aguda conciencia de la injusticia de género y de clase. Una "indignada" de 1934.

Es una de las mejores novelas españolas del siglo XX. También es, a su manera, una historia de extraterrestres: la de una chica que llega a Barcelona en la posguerra para instalarse en la casa de su familia, llena de marcianos.
Otra muestra de la representación de la mujer en la literatura lo encontramos en los premios. El Nobel, por ejemplo, ha pasado de premiar casi exclusivamente a hombres a reconocer en los últimos tiempos el trabajo de las autoras. En esta ocasión nos quedamos con dos escritoras fundamentales. Toni Morrison, con su imprescindible Beloved, y Alice Munro, maestra del relato como demuestra Mi vida querida.

Esta novela, sobre los últimos efectos de la esclavitud en una familia afroamericana guerra civil, es poética, dolorosa y necesaria.

Quizá lo más parecido que tendremos a una autobiografía suya, a ritmo (y silencios) de relato breve.