Libros en los que quedarse a vivir. Las recomendaciones de Bob Pop

Dentro del mundo del entretenimiento actual, Bob Pop es un caso completamente atípico. En sus intervenciones en Late Motiv ha llevado a la televisión un espacio en el que la reflexión convive con el entretenimiento, algo que no suele ser habitual. Nada nuevo, en su caso, ya que lleva mucho tiempo forjando su estilo en distintos medios de comunicación, pero que ahora se ve intensificado por el poder de difusión de la televisión. ¿Cómo ha conseguido que sus intervenciones, tan alejadas del ruido catódico, se vuelvan virales? Él mismo tampoco lo tiene claro.
“No sé explicar muy bien cómo lo he hecho”, explica a Librotea. "Yo creo que tiene que ver con lo que me entretiene y me divierte a mí. Creo es una combinación del privilegio de haber estado en dos mundos, uno el de la comedia y el humor, con Andreu Buenafuente, con Berto, con Coronas... y llevar mucho tiempo escribiendo y leyendo. Al final ha sido el resultado de la necesidad de buscar un espacio propio, y ser consciente de que me alimentaba de esos dos universos y ver qué salía de la mezcla”.
Parte de ese mundo particular se traduce también en Los días ajenos, la función con la que regresa al Teatro del Barrio de Madrid, con dos únicas fechas (29 de febrero y 4 de abril) y que parte de los dos libros de igual título que publicó a forma de “diario de diarios”. “La idea surgió cuando publiqué el segundo volumen, Otoño-invierno, y me planteo que una forma bonita de presentarlos es contar en un monólogo teatral el proceso de escritura del libro, que está cruzado con mi propia vida, mis diarios y los diarios de otras personas que me fascinan”, explica. “A partir de ahí me puse a plantear el monólogo, y luego entra en juego Andrés Lima, que me ayuda a darle un poco de forma teatral. Y ahí estamos, petándolo”, concluye entre risas.
La literatura, casi no hace falta decirlo, es uno de los motores que ponen en marcha su mente. Él lo explica así: “La lectura para mí es mucho más que un refugio, es una forma de estructurar mi pensamiento, y también de asumir que no existe el pensamiento original. Al final, lo único que existe es la buena combinación de elementos”. Lector omnívoro, se alimenta de todo tipo de géneros desde su infancia. “Fui un lector bastante precoz, creo que con cuatro años o así ya leía, era un poco repelente”, confiesa. “Tenía un abuelo fantástico, muy lector, que fue quien me fue transmitiendo el placer de la lectura, primero contándome historias y luego dándome libros. Y de ahí hasta ahora”.
"Intento leer de todo. Al ensayo me acerco con muchísima humildad porque me suelo quedar con una parte, nada más, porque tampoco soy tan listo ni estoy tan bien formado. Pero agradezco mucho el planteamiento de un buen ensayo", cuenta. Para explicar la diversidad de sus gustos literarios, recurre a un recuerdo de infancia. “De adolescente, antes de acostarme leía hasta que me obligaban a apagar la luz, y leía a Stephen King y luego Mafalda, porque si no no podía conciliar el sueño del miedo que estaba pasando. Yo leo un poco así, primero cosas que me asustan y luego cosas que me reconfortan”. Por esa razón, cuando le pedimos libros recomendados le cuesta decidir. “Hay muchísimos, y voy a ser superinjusto”, se resigna, aunque también confiesa que, a medida que lee más, hay autores que ha ido abandonando: "Hay gente que al principio me deslumbró, como Paul Auster, al que ahora le tengo puesta una orden de alejamiento", bromea.
Entre muchos otros nombres que salen a relucir en la conversación, de Gloria Fuertes a Clarice Lispector, o de José Ángel Valente a Manuel Puig, estos son algunos de los libros en los que, como dice un poco más adelante, Bob Pop podría quedarse a vivir.
Libros en los que quedarse a vivir. Las recomendaciones de Bob Pop
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Fue el primer libro "tocho" que me leí. De pequeño, leía muchos tebeos, y luego algunos libros infantiles, pero este fue como mi "primer libro de verdad". Me encantó la película y quise leer el libro. La imaginación volcada en este libro es infinita. Recuerdo pasar más de una noche en vela siguiendo las aventuras de Bastian, y el autor consigue a la perfección que te introduzcas en su mundo. ¡Niños del mundo, leed este libro, por dios!
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El otro fue la primera novela de Truman Capote. Fue una lectura demasiado temprana, porque creo que no lo entendí todo, ahí de repente sentí que me estaban interpelando para contarme una historia que tenía mucho que ver conmigo aunque no lo estuviese entendiendo todo. Lo he releído varias veces, vuelvo bastante a él, a leerlo entero o a partes, sobre todo al final, que me parece excepcional. Siempre descubro cosas en él que me hacen ver lo insensato que fui al creer que había entendido algo en un momento en el que me estaba vedado.
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El Galdós que yo descubrí en el colegio, el de Doña Perfecta, Miau, Misericordia, me parece de una enormidad brutal.
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Son muchos los apuntes de los Diarios de Kafka en los que se refiere a su insomnio, a veces con agradecimiento, porque son un terreno fértil donde sembrar sus pesadillas, pero otras muchas con cansancio y hartura.
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Todo Borges es producto del insomnio en su vertiente más alucinada: el insomnio que genera sueños. En su obra maestra hay varios insomnes, el más memorable de los cuales es Funes, pero también el hombre soñado de Las ruinas circulares y ese insomnio absoluto que es el universo, al que él llama La Biblioteca.
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“Lo Real” es una novela que crea lectores, y lo que es más importante, lectores de Belén Gopegui. La autora utiliza aquí la trayectoria de un periodista -narrada por Irene Arce, una realizadora de televisión- para hablarnos de la ética, de la moralidad y, sobre todo, de la individualidad y la colectividad, de la lucha entre los íntimo y lo éxtimo y los intereses propios y los colectivos. Una narradora imprescindible, Gopegui, para entender nuestros días.
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(JORDI): Se podrían contar muchas cosas de esta novela, y todas serían buenas. Pero yo me quedo con toda la primera parte, en la que Bolaño nos cuenta el DF con tal fidelidad, que incluso puedes llegar a oler los tacos pastor de la esquina. Un relato increíble para una ciudad infinita.
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Una novela llamada a convertirse en un clásico escrita por una de las autoras más fascinantes de nuestra lengua. Mariana Enriquez, además de ser perturbadora, es un berbiquí en busca de la inquietante verdad de las cosas. Si en estas fechas tan señaladas usted se la pierde, quizás su familia empiece a evitarle. No se arriesgue…
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Es una autora sueca del siglo XIX que me estoy leyendo ahora, me está gustando mucho, es uno de esos libros para quedarse a vivir. Con mucha intención pero con aparente tranquilidad, y eso me gusta mucho.
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Me ha petado la cabeza,la correspondencia entre Celeste y Regina, dos mujeres trans artistas que se intercambian correos electrónicos, y que La uña rota ha editado muy bien. Han elegido muy bien qué partes contar y cómo mantener el ritmo. Es alucinante.
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