Libros para vivir en ellos. Los favoritos de José Guirao, Ministro de Cultura

Cuenta José Guirao en la entrevista que acompaña a estas recomendaciones que todavía se lee demasiada poca poesía en España. No es de extrañar, por tanto, que entre sus recomendaciones haya un buena representación de un género que el califica como “fundamental”. En su selección comparten espacio San Juan de la Cruz (“siempre se enfoca desde la mística, que es cierto, pero tiene una calidad literaria impresionante”, apunta) y Emily Dickinson (“sin pretenderlo, ha tenido una influencia impresionante durante el siglo XX”), sin olvidar a clásicos del siglo XX como Cernuda y Lorca.
La filosofía y el pensamiento es otra de las áreas en las que el Ministro de Cultura y deportes se zambulle en estas lecturas recomendadas. Claros del bosque, de María Zambrano, tiene un lugar especial entre sus destacados. “Me parece un libro seminal, que abre muchas puertas y ventanas”, asegura, al igual que autoras contemporáneas como Estrella de Diego, de quien destaca un Travesías por la incertidumbre que “capta un sentimiento de la época que estamos viviendo”.
Los textos clásicos también tienen su espacio, con las recomendaciones de Las Metamorfosis (“un libro siempre interesante y que nunca acaba”) o De rerum Natura. Su interés por la arquitectura se materializa con la inclusión de Vitruvio (“sistematiza un momento clave la arquitectura que, en esa época, era algo más de lo que es ahora, o era de verdad arquitectura”).
Por último, Guirao también quiso destacar a tres pensadores de muy distintas procedencias, pero unidos en su afán por ahondar en el mundo que les rodeaba: Thoreau, John Berger y Pessoa.
Libros para vivir en ellos. Los favoritos de José Guirao, Ministro de Cultura
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Es otro libro siempre interesante y que nunca acaba. Es un libro que puedes leer a trozos, a párrafos, aunque es mejor por orden, y es un libro que de vez en cuando revisito.
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Dentro de la poesía española, que me parece extraordinaria, voy a decir sólo uno. Tengo especial predilección, y es una obra que leo muchas veces. Es un autor que siempre se enfoca desde la mística, que es cierto, pero tiene una calidad literaria impresionante, y en el que uno puede encontrar el rastro de los grandes poetas españoles que le precedieron. Se nota que ha sido un gran lector de poesía.
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Por versos como los del poema 1768: ”Joven ateniense, / sé fiel al misterio. / El resto es perjurio”.
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Un autor que me fascina y que tiene una prosa impecable, riquísima. Había leído hace algún tiempo su manifiesto de la desobediencia civil, pero hace como 10 o 12 cayó en mis manos este librito pequeño que me pareció fascinante. A raíz de eso he leído no toda su obra, porque sus diarios todavía se siguen publicando en inglés, pero tiene unos textos maravillosos, es el padre de la ecología, pero también tiene una visón que me parece fundamental: el hombre como ser intelectual, como generador de ideas, pero a la vez en la justa medida para no estar por encima de la naturaleza. Resitúa al hombre en su lugar, un lugar que desgraciadamente hemos maltratado porque nos hemos creído superiores a la naturaleza. Sospecho que la naturaleza nos lo está haciendo pagar.
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Es una síntesis maravillosa de poesía, de filosofía, de pensamiento crítico y, a la vez, con una base cultural muy fuerte y muy arraigada. Podría recomendar cualquier libro de ella, pero tengo especial predilección por Claros del bosque. Me parece un libro seminal, que abre muchas puertas y ventanas a muchas ideas, de la creación, de la naturaleza, de nuestro lugar en el mundo.
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Es un libro para tenerlo siempre en la mesilla, que se puede abrir por cualquier lugar, tan profundo, tan maravilloso. Y siempre es distinto. Nunca termino de leerlo
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Tuve la suerte de conocerle y tratarle. Recomendaría cualquiera de sus libros, pero modos de ver me parece que es un libro que está muy bien para abrir boca, es uno de sus grandes libros.
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Es un libro extraordinario que hay que leer. Es la poesía reflexiva, intelectual, pero a la vez hecha con una belleza extraordinaria.
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He dejado para el final este poemario, que tiene una presencia capital en 'Trilogía de la guerra'. Mi relación con este libro siempre había sido conflictiva hasta que lo interpreté como una colección de versos que me sugieren caminatas, pérdidas y derivas por la ciudad de Nueva York. Como por ejemplo la idea de que Lorca, en el poema 'La Aurora', si en vez de escribir “Cuatro columnas de cieno” hubiera escrito “Dos columnas de cieno”, hubiera predicho justamente el 11-S.
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