Libros que te hacen crecer como persona, por Marta Etura

Si Marta Etura ha acabado encarnando en el cine a Amaia Salazar, la policía creada por Dolores Redondo en su Trilogía del Baztán, es en gran parte gracias a la madre de la actriz. “Un día me llamó y me dijo: 'he leído un libro y tú tienes que hacer este personaje. Es para ti”, recuerda la intérprete. En un curioso caso de casualidades, ella intentó hacerse con los derechos de las novelas para el cine )“los tenía un productor alemán, así que me olvidé de ello”, explica), hasta que un día recibió una llamada, del director Fernando González Molina, para hacer una prueba. El resto es ya historia.
Legado en los huesos, estrenada recientemente en los cines, es la segunda parte de esta trilogía sobre secretos, sectas y lazos familiares que replica en las pantallas en éxito cosechado por las novelas. En el centro, Etura como una Amaia Salazar que ayuda a cambiar la imagen del thriller, históricamente un mundo de hombres. “Lamentablemente, hay muy pocos thrillers contados desde una mirada femenina”, explica la actriz. “Los thrillers, además, suelen estar basados en una trama policial, y aquí la trama es casi una excusa, está asociada al personaje de Amaya, su familia, su pasado... está todo entrelazado”, cuenta. Un personaje con el que ha pasado tanto tiempo (la segunda y la tercera parte se rodaron a la vez) que conoce muy bien, aunque es consciente de que hay tantas Amaias como lectores de las novelas. “Es impensable estar en el imaginario de cada uno. La Amaia que tú has leído es distinta de la mía. Eso es una de las cosas más fascinantes de leer, que lo haces tuyo”, explica.

Al igual que en el caso de la Trilogía del Baztán, Marte Etura le debe gran parte de sus descubrimientos como lectora a sus padres. “Tengo la suerte de que son devoradores de libros”, asegura. La biblioteca familiar siempre estuvo abierta (“no me ponían ningún filtro ni en películas ni en libros, tenía libertad para escoger”, cuenta), lo que se ha traducido en unos gustos amplios y nada dogmáticos. “A mí me gusta todo, el género me parece siempre secundario”, explica. “Me gusta la historia, que me atrape. Siempre busco libros que me hagan crecer como persona”.
En su formación como actriz fue muy importante el teatro, los Lorca y Tennessee Williams como guías, pero en sus intereses también entra la novela histórica o los libros que hablen sobre la naturaleza humana. “En un libro espero lo mismo que en una película, que me conmueva, que me remueva, que me incite a la reflexión”, resume.
Libros que te hacen crecer como persona, por Marta Etura
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Los personajes femeninos de Shakespeare son los más pobres, en el sentido que casi toda su obra está basada en personajes masculinos, pero también mostraba la situación de la mujer. Creo que su único personaje femenino libre es Julieta, que a mí es la que me apasionó, y lo hice en la escuela de interpretación. Luego con el tiempo hice Ofelia, y luego te das cuenta de que es un personaje que acaba como acaba porque quiere ser y no puede.
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La casa de Bernarda Alba no sé si es de lo primero que leí de Federico, pero sí como futura actriz, cuando tenía 14-15 años. Esa mezcla de lenguaje poético y teatral de esas mujeres encerradas en esa España tan negra. Siempre deseé interpretar a Adela, aunque ahora estaría más cerca de la Bernarda. Fue un sueño que no llegué a cumplir, pero espero que en algún momento pueda interpretar a alguno de los personajes, porque creo que es una de las obras maestras de nuestro teatro.
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La leí a eso de los catorce años, editada como parte de una colección de novelas que se vendían, por cientos, en los puestos de periódicos. Me impresionó, claro, porque era sexualmente más radical que nada que hubiera leído entonces. Me dejó la costumbre de hacer la señal de cuernos con la mano frente a los estadios de los equipos enemigos de los míos, como hace un personaje ante el Bernabeu (en Madrid hice lo mismo ante el mismo estadio).
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Un clásico universal, pero de lectura pausada. Me resulta especialmente atractiva la minuciosa caracterización de la psicología de los personajes. Dostoievski describe como nadie el sentimiento de culpabilidad. Hay momentos en los que la tensión mental a la que están sometidos los personajes es tan fuerte, que traspasa las páginas del libro y puede llegar a envolverte.
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Francia en el S XVIII, no hay época más dura, áspera, cruel y la vez bella, tan bella. Jean-Baptiste Grenouelle era Ted Bundy antes de que existiese Ted Bundy.
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Sus personajes me conmovieron mucho. Es de estos libros que lees y son muy de película, que casi los estás viendo en imágenes.
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También me fascina la historia, las novelas que te enseñan cómo se vivía en otros contextos históricos. Me encantó porque cuando acabé de leer el libro, que está muy bien documentado, miré en Internet y vi que el autor tenía 28 años.
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Me ha gustado 'Sapiens' de Yuval Noah Harari. Es como si un entomólogo extraterrestre examinara a los “insectos humanos” desde fuera, con cierta frialdad, poniendo de relieve sus contradicciones, obsesiones, fortalezas y debilidades. Un buen espejo donde mirarnos
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