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Libros que trascienden el tiempo y el espacio, por Manuel Vicent

Libros que trascienden el tiempo y el espacio, por Manuel Vicent
Libros que trascienden el tiempo y el espacio, por Manuel Vicent
Librotea España /

Manuel Vicent no le teme al confinamiento físico. “Yo tengo un pequeño patio, puedo dar vueltas”, explica a Librotea por teléfono cuando en muchas zonas del país aún no se había pasado a la fase 2. Otra cosa es lo que él llama el “confinamiento mental”. “Ese produce mucha claustrofobia. Estamos en un monotema absoluto y, si no te abstraes de la televisión y empiezas a investigarte por dentro, llega a ser angustioso, ves virus por todas partes. Eso que dicen de que los escritores estamos acostumbrados a estar confinados tampoco es verdad, porque uno lo que necesita es salir, vivir, beber, reír y tener experiencias como para poder escribiendo”.

Esas experiencias que solo tienen lugar fuera de la propia casa sustentan su última novela, una Ava en la noche que nos lleva a las noches de un Madrid del franquismo en el que las estrellas de Hollywood se paseaban por hoteles y clubes nocturnos exudando un aura de glamur inalcanzable para los españoles de a pie, como el David Arnau (valenciano y estudiante de derecho, como el propio Vicent) que persigue esa estela de la actriz estadounidense.

Ava en la noche

Ava en la noche

Manuel Vicent

ALFAGUARA

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“Siempre recurro a la misma vivencia”, cuenta el autor sobre el origen de su obra. “Yo alcancé el uso de razón jugando entre los escombros de un balneario, que había sido bombardeado en la guerra civil. Me decían que bajo los cascotes había una mujer desnuda, una diosa en un mosaico, ly os niños la buscábamos pero no la encontramos nunca. Se me quedó muy marcado. A la hora de escribir de una época de España fundamental, de la ruptura de la dictadura, que quebró no por una lucha política sino por la rotura de las costuras de una clase media que se acababa de instalar, se me ocurrió que ese mito de aquella mujer desnuda, inalcanzable era, en las noches del franquismo, Ava Gardner. La utilicé como un señuelo, como la metáfora de una libertad que estaba vedada a los españoles, que solo gozaban a aquellos artistas que venían de Hollywood a rodar películas, que vivían una libertad vigilada y protegida. Al régimen les servía de propaganda, como diciendo: 'Veis, aquí están, si vienen y se lo pasan de maravilla'. Una de las cosas naturales de la historia de España es que aquí los pobres se han divertido siempre viendo cómo se divertían los ricos”.

Por las páginas de Ava en la noche se cruzan estrellas de cine con vividores, maleantes y espectadores de todo aquello. También, acontecimientos tan publicitados en la época como la ejecución de José María Jarabo Pérez-Morris. “Recién llegado a Madrid me encontré con el caso de Jarabo, que acababa de ser ajusticiado”, recuerda Vicent. “El hecho de que un pilarista, un vástago de la burguesía madrileña, fuese ejecutado a garrote vil era estremecedor desde el punto de vista literario”. Todos esos contrastes le ayudan a conformar un fresco de una sociedad que entonces estaba comenzando a cambiar.

“Desde niños, todos nuestros sueños han sido proporcionados en la pantalla, en la oscuridad el cine. Ahí estaban todos nuestros héroes. Pero resulta que en Madrid, durante una época, estaban aquí, habían salido de la pantalla. Aquí estaba Rita Hayworth, comprando en Serrano, Audrey Hepburn saliendo de Mantequerías Leonesas, Cary Grant en bicicleta por el Retiro... Todos, estaban todos, pero había una barrera casi metafísica que los separaba del resto de la humanidad, de los españoles”, recuerda. Esos límites se empezaron a quebrar entonces, a través de una clase media que miraba con deseo una vida diferente. “Fueron esos pequeños placeres los que acabaron con la dictadura. Empezó por un 600, que te daba movilidad. Franco murió atropellado por un 600, camino de Benidorm y cantando a Renato Carosone. Y una cosa tan poca cosa, nunca mejor dicho, como un bikini se convirtió en un icono de libertad, hasta el punto de que quebró la moral católica, porque se jugaban los cuartos con los turistas. Se cuenta que el alcalde de Benidorm fue al Pardo a ver a Franco y le dijo: 'Excelencia, si no permitimos el bikini aquí no hay nada que hacer'. Y aquel galápago, por lo visto, entró en razón”.

El lector que no viviese esos años puede pensar que la sociedad es muy distinta ahora, pero la distancia no es tan grande. “Eso está aquí al lado”, afirma Vicent, “rascas un poco y encuentras lo de siempre. “La política actual está tan cerca que estamos infectados de política. Son debates tan tóxicos que forman parte del aire irrespirable. Algunos políticos no paran de expeler odio. El espectáculo del congreso, esos debates tan impúdicos, lo pondría de noche, a las tres de la madrugada, como el porno. Eso no lo pueden ver los niños, es tóxico”.

El refugio a ese ruido de fondo es, como siempre, el arte. “Hay una cultura boca arriba y otra boca abajo, y todo lo que sé yo lo he aprendido boca arriba”, proclama Vicent. “Para estudiar una carrera, en mi caso derecho, había que estudiar boca abajo, con los codos en la mesa. Ser universitario no significa otra cosa que has aprendido cosas boca abajo, da solidez aunque luego no te sirva para nada, como a mí. Pero todo lo que me ha hecho feliz y he aprendido en la vida lo he leído boca arriba, en una hamaca, en el sofá, en la cama... siempre boca arriba”.

En esta época, confiesa releer más que leer. “Para que abra la lata de un libro nuevo tiene que venir muy recomendado, yo sigo bebiendo de lo que me ha gustado. Hombre, si cae en mis manos algo tan divertido como las memorias de Woody Allen me agarro a ello y las devoro en dos o tres días, pero después vuelvo a lo mío. Un clásico es un clásico porque se adapta a los tiempos nuevos y a tu estado de ánimo. Es como la buena música, como una buena pieza de jazz. Un libro es clásico cuando habla de cosas que le suceden a todo el mundo y que percuten en algo que trasciende al tiempo y al espacio”. Por ejemplo, estas cinco recomendaciones que Manuel Vicent comparte con nosotros.

Libros que trascienden el tiempo y el espacio, por Manuel Vicent

  • El primer hombre

    El primer hombre

    James R. Hansen

    DEBATE

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    Un libro que se dirige a las emociones, que nos habla al corazón y que retrata el alma de un escritor singular y profundamente humanista.

  • Cuentos completos

    Cuentos completos

    James Salter

    SALAMANDRA

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    La magia de lo cotidiano, la agudeza de la visión. La mejor prueba de que no hace falta vivir grandes cosas para escribir grandes cuentos.

  • Estrafalario

    Estrafalario

    Rafael Azcona

    ALFAGUARA

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    Porque también era un gran novelista, no solo un guionista genial.

  • Libro del desasosiego

    Libro del desasosiego

    Fernando Pessoa

    Editorial Verbum, S.L.

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    Es un libro para tenerlo siempre en la mesilla, que se puede abrir por cualquier lugar, tan profundo, tan maravilloso. Y siempre es distinto. Nunca termino de leerlo

  • Los ensayos.

    Los ensayos.

    Juan Goytisolo

    Ediciones Península

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    Obra cumbre del pensamiento humanista francés del sXVI.

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