Los libros que han ayudado a Elvira Lindo a escribir la novela de su vida

A corazón abierto, la primera novela en diez años de Elvira Lindo, es un libro que se basa en la realidad, en sus recuerdos familiares y, sobre todo, en una historia que no es la suya pero es profundamente íntima. La relación entre sus padres, su amor y sus tragedias, sobrevuelan una obra que solo ha podido acometer ahora, ya que ninguno de los dos están presentes. Para ello, Lindo nos explica en esta entrevista que sumergirse en los archivos familiares ha sido fundamental. “Cuando lees sus cartas de amor, a mí me sobrecogen”, explica.
“El hecho de haber buceado en sus historia de amor, que es lo que salvó a mi padre, lo que sacó a mi madre del arraigo familiar, ver la infancia que tuvo cada uno, su educación sentimental, me ha permitido comprenderles”, relata. “En vez de alejarme de ellos me ha acercado a ellos, los comprendo perfectamente. No quiero juzgarlos, y menos con los parámetros de la vida de ahora. ¿Qué derecho tengo yo a juzgarles? Ellos actuaron como mejor sabían o podían, como habían aprendido”.
Pero en la elaboración de A corazón abierto también han influido, sobre todo en el tono, obras que no están ligadas a su memoria. Entre esos influjos, la autora reconoce la ayuda de una serie de autores, desde los retratos familiares de Alice Munro o Natalia Ginzburg a otras referencias menos obvias, como las de Juan Rulfo o Edgar Lee Masters. Estas son las obras que han guiado a Elvira Lindo a escribir el libro para el que lleva preparándose toda una vida.
Los libros que han ayudado a Elvira Lindo a escribir la novela de su vida
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La autora nos traslada a un paisaje con dos frases que parecen dos versos, con toda la fuerza concentrada de la poesía; nos cuenta el sur en el que creció a través de unos personajes complejos y contradictorios, a los que comprende y jamás juzga. Toda la colección que ha actualizado Seix merece la pena.
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Quizá lo más parecido que tendremos a una autobiografía suya, a ritmo (y silencios) de relato breve.
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Pedro Páramo es la esencia de México, su machismo y su injusticia.
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También en ese capítulo me ayudó un libro maravilloso de poesía, la Antología de Spoon River, de Edgar Lee Masters, porque todos los poemas de esa antología están narrados por muertos. Esa voz que no sabes de dónde sale me sirvió muchísimo.
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Dos amigas en un pueblo irlandés. Son muy distintas pero tienen algo en común: las ganas de largarse de allí. O’Brien es la escritora favorita de Philip Roth. No me extraña. También es la que le puede birlar el Nobel.
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También Fernán Gómez con su Tiempo amarillo, y su infancia, hablando tan abiertamente de una madre que estaba ausente.
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Uno de los libros que más he regalado. Se trata de una crónica familiar en la que el retrato del padre emerge con una fuerza y gracia especiales. Los Levi y su léxico han sido un faro para mí a la hora de escribir “La casa de los pintores”. La vida, la verdad, no necesitan de mucho engolamiento para ser contadas. Pero hay que tener la sabiduría de Natalia Ginzburg para escribir con tanta naturalidad.
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