Mis novelas autobiográficas
Recomendaciones de la escritora Gabriela Ybarra de biografías

En el verano de 1993 le pedí a mi padre que me comprara Volando solo de Roald Dahl. Me gustaban mucho los cuentos y las novelas del escritor galés y cuando descubrí que también había escrito un libro sobre sus experiencias como aviador de la Segunda Guerra Mundial lo quise leer. Me encantó. Saber que la historia que contaba era real, hizo que mi lectura fuera muy intensa.En esta lista he incluido algunas de las novelas autobiográficas que más me gustan. Todas son historias genuinas en las que sus protagonistas escriben para sobrevivir. Algunos autores, como Bennett o Ginzburg, se sirven de un humor sereno y de la ligereza para contar episodios complicados de sus vidas, y otros, como De Vigan, narran el drama sin paliativos. De todos los libros elegidos y de sus diferentes enfoques he podido aprender algo que me ha servido para comprenderme un poco mejor.
Mis novelas autobiográficas
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Una novela de una honestidad devastadora. Lo he leído varías veces y todavía aprendo cosas. Nos coloca ante un hecho con el que casi todos tendremos que enfrentarnos tarde o temprano: el cuidado de nuestros abuelos o padres en la recta final de sus vidas.
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El amor constante de una hija por una madre defectuosa, egoísta y descuidada, que se equivoca sin cesar, pero jamás deja de amarla.
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Quizás sea un tópico, pero hay libros que te salvan la vida. Este libro lo hizo conmigo. Nadie como Joan Didion para hablar del hablar del dolor y de lo que no tiene nombre, con esa entereza y lucidez que nos desarma. Nadie como Didion para recordarnos que las cosas pueden cambiar en un día, incluso en un día de sol en el que nada parece indicar que la vida que conocemos está a punto de desaparecer.
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Uno de los libros que más he regalado. Se trata de una crónica familiar en la que el retrato del padre emerge con una fuerza y gracia especiales. Los Levi y su léxico han sido un faro para mí a la hora de escribir “La casa de los pintores”. La vida, la verdad, no necesitan de mucho engolamiento para ser contadas. Pero hay que tener la sabiduría de Natalia Ginzburg para escribir con tanta naturalidad.
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El único libro de la lista que es una novela y no un volumen de relatos. La razón primordial es que de él proviene la cita que encabeza mi libro Mudar de piel: “Nuestra culpa tiene una utilidad : justifica muchas cosas en la vida de los otros”. Es una novela breve, mi preferida de Max Frisch, en la que un escritor en viaje de promoción por Estados Unidos se pierde durante unos días con la traductora que le ha asignado la editorial.
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Cuando acaba el amor se convierte en relato obsesivo, la necesidad de volver a contar la pasión cuando ya solo quedan palabras.
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