El pan nuestro
Recomendaciones de libros sobre el pan de la revista Buena Vida

Por robar pan, Jean Valjean, entrañable personaje de Los miserables de Víctor Hugo, fue perseguido y apresado. El pan se besa, como enseña Almudena Grandes en Los besos en el pan, y como puede comprobarse en cualquier viejo bar cuando se cae uno. Esa masa de trigo horneada se recoge y se acerca a los labios. Siempre compañero, el pan está en las mesas y en los libros. Su presencia se repite en la mayoría de las naciones pero cada cultura se ha apropiado de la receta matriz y le ha dejado su impronta. “Con su pan se lo coman”, dice Sancho Panza a Don Quijote.Gracias a esto, el pan puede saborearse. Quizás para saldar una cuenta con la literatura, en la que el pan es pocas veces protagonista, el mundo del libro gastronómico se rinde ante el sustento fundamental de la civilización y le rinde un homenaje editorial. Como un catador de vinos, el lector puede experimentar el buqué que deja en la boca.Alimento de componente místico, como se entrelee en Marcelino, pan y vino, de José María Sánchez Silva, su escasez en la mesa o en las tiendas es indicador de la pobreza más absoluta. Y a veces para morder un trozo de pan, un Lazarillo de Tormes y otros pícaros sirve a un señor. En los libros seleccionados para esta estantería, el pan se retrata como en el lienzo El almuerzo de Velázquez, en la que su forma trabajada siempre con las manos ocupa el primer plano y la iluminación más nítida del cuadro.
El pan nuestro
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Es una historia preciosa y será mi próxima adaptación al cine. Una novela que habla de dos mujeres de este tiempo. Dos mujeres muy diferentes. Cada una con una visión del mundo antagónicas, pero el amor que cada una siente por la otra, son hermanas, las vuelve a unir después de más diez años sin verse.
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